La legionelosis es una enfermedad relativamente nueva cuyo conocimiento se produjo en el año 1976, tras un brote de neumonía en un hotel de Filadelfia que afectó a miembros de la legión americana que celebraban su convención anual. Se produjeron un total de 182 casos con 34 fallecidos.
Se trata de una enfermedad de declaración obligatoria desde el año 1997 en España, y los esfuerzos para su control se basan en la adopción de medidas higiénico-sanitarias recogidas en guías, protocolos y legislación: Normas UNE, Libro de Recomendaciones para la prevención de la Legionelosis (Ministerio de Sanidad y Consumo 1999).
La primera legislación que se publica es la de la Comunidad Autónoma de Madrid en el año 1998, como consecuencia del brote de Alcalá de Henares. Cataluña, Valencia y Galicia lo hicieron en el año 2001.
El hecho de que la legionelosis se asocie habitualmente a brotes comunitarios, frecuentemente relacionados con torres de refrigeración, agua caliente sanitaria, jacuzzis, fuentes ornamentales, nebulizaciones, etc., ha proporcionado a esta enfermedad una elevada repercusión mediática.
A pesar de ser percibida como una enfermedad infecciosa potencialmente erradicable, se puede controlar con medidas higiénico-sanitarias en las instalaciones implicadas. La ocurrencia de casos en instalaciones hoteleras provoca que se cree en 1987 un grupo específico para el estudio de la legionelosis del viajero:”European Working Group For Legionella Infection”, (EWGLI en su acrónimo en inglés).
Los brotes hospitalarios que afectan a pacientes de alto riesgo (por el uso de agua caliente sanitaria) son una creciente preocupación para las autoridades sanitarias. No hay que olvidar que posee una mortalidad que se sitúa entre el 10 y el 30% y que su diagnóstico y tratamiento precoz disminuyen considerablemente la misma. La letalidad en casos comunitarios es del 3%.
Las instalaciones que utilicen agua en su funcionamiento, produzcan
aerosoles y se encuentren ubicadas en el interior o exterior de
edificios de uso colectivo, instalaciones industriales o medios de
transporte que puedan ser susceptibles de convertirse en focos para la
propagación de la legionella, durante su funcionamiento, pruebas de
servicio o mantenimiento están obligadas a mantener un control, limpieza y desinfección de cada instalación.